Por: Valeria Santamaria
28 años
 
Todos los seres humanos constantemente vivimos situaciones que nos ponen a prueba, situaciones en las que nos enojamos con Dios, el universo, la vida. Situaciones en las que decimos no puedo más, no aguanto más. Nos preguntamos todo el tiempo: ¿por qué me pasa esto a mí, si no le hago daño a nadie? ¿Porque tengo que sufrir tanto? ¿Por qué, siempre me llevo la peor parte? En ocasiones no logramos encontrar respuesta a estos interrogantes, ya que al preguntarnos todo el tiempo ¿porque a mí? Nos cerramos en las miles de posibilidades que la vida nos presenta, oportunidades de mejorar aspectos de nuestra vida, de reevaluarnos a nosotros mismos, hacer introspección, definir nuestro camino.
Hace algún tiempo pensaba de esta misma forma, me preguntaba todo el tiempo porque si siempre daba lo mejor de mí y no hacía daño a nadie, terminaba siempre en situaciones que me hacían sufrir. Pero, durante la pandemia todo esto cambió, cuando en una conversación con una mujer de mi familia, mientras hablábamos de todo un poco, ella me dijo lo siguiente: “Vale, TODO ES PERFECTO", absolutamente 
Todas las personas que pasan por nuestra vida, incluso las situaciones más maravillosas o, por el contrario, dolorosas son nuestras maestras, los maestros siempre vienen a enseñarnos que debemos sanar, en que debemos trabajar y todo el tiempo estamos atrayendo personas y situaciones que van a tener la función de enseñarnos.
Desde ese día entendí todo, aprendí a ver la vida de una manera más amigable, desde ese día aprendí que no es ¿Por qué me pasan estas cosas a mí? Si no, ¿qué me quiere enseñar esto que me está pasando? Quizás me quiere mostrar que debo aprender a poner límites, o que no estoy usando el enojo de una forma adecuada, ¿o qué debo trabajar en mi amor propio o en el amor a los demás? Solo basta con detenerse, reevaluar las situaciones, y entender que nada en la vida pasa porque sí, todo tiene una razón de ser demasiado importante para nuestra vida. Basta con mirar desde el amor al otro, entender que todas las personas hacen lo mejor que pueden con los recursos que tienen. Pero sobre todo que no estamos solos en el mundo y que somos los responsables de crear nuestra propia realidad.
Recuerda que lo que tú crees en tu mente, eso mismo creas en tu realidad. Por eso cuestiónate, ¿qué tipo de realidad quieres vivir? Una realidad donde eres la víctima, o una realidad donde te haces cargo y decides simplemente ser feliz, dar gracias y disfrutar cada uno de los procesos. Por mi parte me quedo con la segunda.
¡Con todo el amor del mundo, Valeria! @valesantamaria16